1947, nace en Totana una revista para honrar la festividad de santa Eulalia. Por Juan Cánovas Mulero

1947, nace en Totana una revista para honrar la festividad de santa Eulalia.  Por Juan Cánovas Mulero
1947, nace en Totana una revista para honrar la festividad de santa Eulalia.  Por Juan Cánovas Mulero
1947, nace en Totana una revista para honrar la festividad de santa Eulalia.  Por Juan Cánovas Mulero
1947, nace en Totana una revista para honrar la festividad de santa Eulalia.  Por Juan Cánovas Mulero
1947, nace en Totana una revista para honrar la festividad de santa Eulalia.  Por Juan Cánovas Mulero

En estas fechas se cumplen setenta y cinco años en que Totana ponía su esfuerzo y entusiasmo en dar vida a una revista en la que recoger la vida de la ciudad, las celebraciones en torno a su patrona, así como las iniciativas que comenzaban a tomar entidad después de las dificultades de los primeros años de la postguerra.

El momento es propicio para recordar aquel impulso que perdurará con algunas lagunas hasta el año 1975. Alentando este proyecto se encontraba el presbítero Andrés Martínez Ballester, apoyado por Pascual Noguera, miembro de la Comisión de Festejos, por el secretario Miguel Galera y por Juan José Clemente Meca, alcalde de la localidad.

Con esta iniciativa se ponía la mirada en la publicación que, como precedente, había divulgado en diciembre de 1888, el periódico La Voz de Totana y que retomó Cuadernos de La Santa. Esta última propuesta comenzaba su andadura en 1999, con lo que este año de 2022 llega a su vigésima cuarta edición. Componían el contenido de la revista una serie de artículos, algunos de ellos de autoría desconocida y otros firmados por los protagonistas de la realidad política y religiosa de la localidad. Recogía, igualmente, el programa oficial de festejos, completándose con una serie de anuncios de establecimientos y comercios.

Un preciado documento que, «confeccionado en los talleres de la imprenta de Fernando Navarro Martínez», nos sitúa ante la realidad concreta de nuestros antecesores en un tiempo en el que las estrecheces seguían presionando a la población, aunque mitigadas por la capacidad de superación de sus vecinos, hombres y mujeres, los de esta tierra, aquilatados en el arrojo y la determinación.

Un capítulo importante de esta publicación era el dedicado a exponer el programa de fiestas de ese año. Con la reducida oferta y posibilidades del momento se intentó componer una serie de actividades lúdicas y religiosas que diesen entidad a esos días festivos, centrados, entre el siete y el diez de diciembre. La música, interpretada por la Banda de Música de la Casa José Antonio de Murcia, amenizaría diferentes jornadas.

 Aquello que algunas localidades han dado en llamar «el chupinazo», en Totana se concretaba con pasacalles musical a las siete de la mañana del siete de diciembre, acompañado del disparo de cohetes y del repique de campanas. Volvía a ofrecer su sonora manifestación esta misma agrupación, unas horas más tarde, con concierto y «elevación de globos grotescos», asistiendo dicha banda a la «elección Señorita Fiestas 1947».

Las actividades deportivas ocupaban parte sustancial de este contenido. Otra principal actividad era la deportiva, con la celebración de «gran partido de fútbol entre un potente equipo de la provincia y nuestra Unión Deportiva Totanera», sesión de «Tirada al Plato, con premios en metálicos y Copa donada por el Excelentísimo Ayuntamiento» y «Carrera de Cintas en bicicleta por aficionados de la localidad y Diputaciones».

 Finalmente, las actividades de índole social que comenzaban aprovechando la «Inauguración oficial de la Feria», el 7 de diciembre, con la apertura al público de la «Tómbola del Patronato Local de lucha Pro-Antituberculosa», orientando la recaudación de fondos para atender las necesidades de dicho patronato. Son estas, breves pinceladas que nos ayudan a situarnos en un contexto en el que Totana aspiraba a superar etapas, abriendo nuevos cauces hacia su transformación. Expresiones de esa inquietud fueron las diligencias encaminadas a la construcción de Plaza de Abastos o la edificación de viviendas adaptadas a las nuevas necesidades de la población, como también las gestiones para dotar de agua potable y alcantarillado al vecindario.

Juan Cánovas Mulero.