DIOS LOS CRIA. (Artículo de opinión de José Munuera Lidón)

Cuando tanta "hipocresía endulzada" campea a capazos por una sociedad decadente, en la que expresiones como "mi amor", "cariño" o "¿Que desea...?" se han hecho tan frecuentes, como falsas y vacías, es lógico que escuchar la crudeza con la que un juez, sin duda poco afortunado en su tono, escandaliza a ricos y a pobres, interrogando a una mujer que a todas luces, ha interpuesto una denuncia, como mínimo caprichosa.
Las evidencias demuestran que no se apartó antes del denunciado porque no le dio la gana. Por supuesto que tenía derecho a no ladearse de un sujeto que le demostró sobradamente ser un "aprovechategui baboso". Esta mujer demostró su poca capacidad para autoprotegerse y su alta capacidad para asumir riesgos con personajes de esta catadura. Lo paradójico aquí es como cambia de criterio el denunciado, un sujeto para quien el patrimonio de la verdad correspondía siempre a la denunciante, cuando no le tocaba a él.
La realidad es siempre cruda y la misión de un juez es esclarecerla. Benditos sean los jueces que son capaces de esclarecer la verdad y maldita una sociedad que se escandaliza porque la verdad aflore, aún a costa de un juez, cuyas formas, carentes de “amor y dulzura hipócrita”, escandalizan a todas esas personas que denunciando al magistrado, por el tono empleado en un interrogatorio, demuestran el estado frenopático de individuos que pondrían de relieve su cordura si también denunciasen, cuando Pedro Sánchez se dirige a los españoles, tildando de fascistas, ultraderechistas extremistas, negacionistas y otras lindezas a todos los que no son de su cuerda, desde los magnates de las telecomunicaciones a los periodistas críticos con el régimen, pasando por quienes le tiran barro, cuando va a Valencia y hasta por los jueces que investigan al gobernante más corrupto de España. Su abanico de descalificaciones cubre todos los gremios, insultando día sí y día también, la inteligencia de los españoles, en un tono mucho más agresivo que el utilizado por este juez. Y no con el ánimo de esclarecer la verdad, sino con la intención de llevar a la práctica la máxima de Goebbels , ese líder fascista del partido nacional-socialista alemán que decía: “Una mentira repetida 1000 veces se convierte en verdad”
Entre todos, hemos dotado a España de una legislación, cuyos logros son tan patéticos que se consumen nuestros escasos y valiosos recursos judiciales, dilucidando una denuncia que lo único que evidencia es que Errejón es un mequetrefe asqueroso y ella, o es más tonta que Abundio, o bien, otra "aprovechategui".
Dios los cría.... y ellos se juntan.
José Munuera Lidón