Felipe González, Alfonso Guerra y otros antiguos referentes del PSOE han encontrado, por fin, el momento perfecto. (Artículo de opinión de Fernando Guerao)
Llevaban mucho tiempo esperando. Pasaron años callados, fuera de la primera línea de juego acechando como zorros heridos y dolidos pero nunca retirados.
Sabían que la venganza es un plato que se sirve frio pero que siempre se sirve. Tarde o temprano tendrían su oportunidad para vengarse. Era cuestión de esperar….
La humillación que provoco Pedro Sanchez al viejo partido socialista desbancando a los candidatos oficiales y consiguiendo el apoyo masivo de los militantes, haciéndose con las riendas de un PSOE que Felipe y Alfonso consideraban suyo, tarde o temprano la pagaría.
Y ahora, gracias a un reparto de diputados complicado, había llegado ese momento tanto tiempo esperado.
Asistimos a una retahíla de declaraciones, entrevistas, presentaciones… en la que estos otrora dirigentes no escatiman en críticas al actual Secretario General Pedro Sanchez. Esto que, en principio, parece el desvarió senil de algunos viejos cargos no es tan simple, ni tan inocuo.
Cuando el candidato del PP, Feijoo, empezó su camino a la investidura pedía públicamente el voto de cuatro “socialistas buenos”. Aquel discurso de repente desapareció. Sabía que por sus medios nunca conseguiría a esos cuatro tránsfugas. Había que encontrar otras herramientas…..Y las encontró. La necesidad del PP y el ansia de venganza de los viejos del PSOE fueron la combinación perfecta y la única alternativa para que Feijoo pudiese alcanzar la presidencia del gobierno.
Posiblemente no han tenido ni que hablarlo, en política no hay mejor pacto que una conjunción de intereses. Al del PP le interesa la presidencia y a los ex socialistas la venganza. La venganza en estado puro. El placer de la venganza, aunque sea fría, aunque hayan pasado los años. La venganza. La sucia venganza.
Después de este menosprecio hacia los votantes socialistas, los militantes de las agrupaciones, (grandes o pequeñas), los concejales y alcaldes socialistas solo nos queda estar atentos para que los ocultos y turbios deseos de nuestros antiguos dirigentes no fructifiquen y ninguno de nuestros diputados caiga en la telaraña tejida entre Feijoo, González y Guerra.
Fernando Guerao