Juan José Martínez Melenchón. El reconocimiento de Nazareno de Honor de la Semana Santa de Totana de 2025 supone el colofón a su larga trayectoria y dedicación a esta celebración.

Juan José Martínez Melenchón. El reconocimiento de Nazareno de Honor de la Semana Santa de Totana de 2025 supone el colofón a su larga trayectoria y dedicación a esta celebración.

Juan José Martínez Melenchón es el Nazareno de Honor de 2025. Todo un orgullo y un merecido reconocimiento para una persona que ha estado vinculada toda su vida a la Semana Santa totanera.

 Juan José Martínez ha vivido la Semana Santa desde siempre, no en vano proviene de una familia muy vinculada al mundo nazareno. Su abuelo paterno fue presidente de la Hermandad de La Negación y su padre fue directivo, por lo que sus primeros pasos como nazareno los dio en esta Hermandad.

Posteriormente, en la preadolescencia estuvo en la Hermandad de Jesús y la Samaritana como ayuda y llevando el pendón y después, ya desde el año 1961, cuando se fundó la Hermandad del Beso de Judas y Jesús Traspasado, de la que su abuelo, padre y tíos fueron fundadores, ha formado parte de ésta y ha colaborado en todo lo que ha podido, siendo directivo de la misma durante varios años y presidente entre 1991 y 1999. 

Además, en 1991, junto con un grupo de amigos nazarenos pensaron que a Totana le faltaba una procesión con la que culminar la Semana Santa. Este esfuerzo colectivo dio sus frutos con la fundación de la Cofradía de Jesús Resucitado, de manera que en la Semana Santa de 1992 salió por primera vez a la calle la procesión del Domingo de Resurrección, con las imágenes de Jesús Resucitado y la Virgen de la Alegría y años después ya se incorporó el Ángel.

 De su vinculación con el mundo de la Semana Santa totanera es un ejemplo el hecho de que durante varios años ostentó tres cargos de manera simultánea: presidente de la Hermandad del Beso de Judas, tesorero de la Cofradía de Jesús Resucitado y miembro de la entonces Junta de Procesiones.

En la Semana Santa de 2025 y con 80 años recién cumplidos, Juan José echa la vista atrás y se siente satisfecho por su trayectoria nazarena pero sobre todo quiere poner en valor que él ha podido estar muy implicado porque ha tenido al lado una mujer que siempre le ha apoyado y a la que le ha gustado mucho también la Semana Santa. De hecho, recuerda cómo cuando su hijo y sus dos hijas eran pequeños, era su mujer, María Josefa, siempre la que se encargaba de vestirlos a los tres de nazarenos para llevarlos a la procesión ya que él estaba siempre ayudando o haciendo cosas en la Hemandad. 

Sobre su nombramiento como Nazareno de Honor se siente muy agradecido y recuerda que su padre ya lo fue también hace décadas.

“Para mí es como un colofón a mi trayectoria en la Semana Santa. Yo siempre he apoyado y voy a apoyar a la Semana Santa de Totana, ya sea cuando he tenido un cargo directivo o como nazareno de a pie”. Para Juan José, este reconocimiento ha supuesto “un gran orgullo” como él mismo admite emocionado, lo que le ha llevado a acordarse de otras muchas personas que han trabajado por la Semana Santa totanera y ya no están entre nosotros, como Juan Antonio Yáñez de Lara, José Navarro, Agustín Sarabia...

Además, reconoce que le hace especial ilusión que le hayan concedido este título en el año en el que ilustra el cartel la Cofradía de Jesús Resucitado, a la que pertenece y de la que su hijo es presidente.

“Ser nazareno es un sentimiento que se lleva por dentro”

Aunque ya no viste la túnica de nazareno desde hace tres años, señala que “es un sentimiento que se lleva por dentro” y además, destaca que sigue colaborando con sus hermandades en lo que puede, como la distribución de lotería para recaudar fondos.

Entre sus recuerdos de infancia y juventud, rememora por ejemplo cuando los tronos paraban en la plaza del Ramblar y su abuela acudía con tortas de bacalao, habas, porrón de vino y otras viandas para que los ayudas repusieran fuerzas. También recuerda cuando los pasos de la Negación y Nuestro Padre Jesús Nazareno entraban en el Convento en la noche de Jueves Santo.

Sobre la evolución que ha experimentado la Semana Santa totanera en el tiempo reconoce que ha sido “muy notable y positiva”, destacando en este sentido “el esfuerzo de hermandades y cofradías por mejorar y engrandecer su patrimonio, con imágenes, enseres y tronos, así como del Cabildo por la organización de procesiones y otros actos”.

 Aunque reconoce que de la Semana Santa le gusta todo y que “cada momento tiene su sentido y parte especial”, comenta que a él le agrada especialmente el Encuentro del Domingo de Resurrección.

De su etapa como presidente de la Hermandad del Beso de Judas recuerda que uno de los momentos especiales era cuando por fin los pasos estaban en la calle: “Te sientes con una gran responsabilidad y quieres que todo salga bien y cuando ves que el paso ya sale para ir a procesionar, respiras porque es el momento de ver que se culmina el trabajo de todo un año”. 

Sobre el pregonero de la Semana Santa de este año, el padre Pedro Hernández Cañizares,

destaca su trayectoria y papel en el seno de la sociedad totanera y no tiene duda de que hará gran papel. Además, resalta que ambos son de la misma edad y que el padre Pedro ha estado en momentos importantes de su vida, pues él se casó en la Parroquia de las Tres Avemarías, donde también han sido bautizados sus tres hijos, y a donde acude cada semana a escucharmisa.

En la casa de Juan José siempre se ha respirado espíritu nazareno y por ello, no es de extrañar que su hijo haya seguido su legado y sea también un amante y una persona muy implicada en la Semana Santa, que desde hace cuatro años preside la Cofradía de Jesús Resucitado. 

Juan José ha llevado siempre la Semana Santa en el corazón y por ello, salvo el año en que estuvo cumpliendo el servicio militar en Lorca, siempre ha estado en Totana y no se le ha pasado por la cabeza acudir a conocer las celebraciones de otras ciudades, por muy conocidas que fueran. Como excepción, antes de que Totana contara con procesión del Domingo de Resurrección sí acudía a la vecina localidad de Alhama de Murcia. Eso sí, reconoce que fuera del período de Semana Santa sí ha tenido la oportunidad de conocer o visitar hermandades de otras ciudades y empaparse de cómo viven y sienten en ellas esta celebración.  

Esta Semana Santa sin duda va a ser inolvidable para Juan José, que agradece a todo el mundo nazareno que haya tenido a bien poner el broche de oro a toda una trayectoria de apoyo y cariño a la Semana Santa totanera con su nombramiento como Nazareno de Honor. 

En su domicilio, la figura que se le entregó y que reproduce el monumento al Nazareno

ubicado en la plaza de la Balsa Vieja, ocupa ya para siempre un lugar privilegiado, igual que en su corazón siempre habrá un hueco especial para la Semana Santa de Totana.