Juan Miguel López. El escritor totanero nos acerca a su segunda novela, Omega, que aunque escrita hace más de una década, se encuentra en fase de relanzamiento.
Ha pasado ya más de una década desde que Juan Miguel López publicara Omega, una novela que se mueve entre el cine negro y de terror. Aunque vio la luz en 2012, su autor se ha enfocado en relanzarla y fomentar su redescubrimiento entre el público totanero. El pasado 14 de junio la dio a conocer en un acto en la Librería Faro de Totana.
¿Quién es Juan Miguel López para quién no lo conozca ?
Soy Juanmi López, natural de Totana, donde nací en 1984. No fui precisamente el mejor alumno del colegio Santiago, pero crecí en una época mágica, quizás la última década en la que los niños aún éramos libres para jugar en las calles.
Desde pequeño sentí una fuerte pasión por el arte: la pintura, el cine, la música… Todo lo creativo me atrapaba.
Esa pasión me ha acompañado siempre, y muchos me conocen por formar parte de la cuadrilla de Los Pipirigallos, un grupo muy ligado a la cultura y la expresión artística de nuestra tierra.
Actualmente trabajo como técnico de Marketing en Newgarden Spain, en Alhama de Murcia. Allí desarrollo mi labor principalmente en el área de diseño gráfico, un campo donde puedo seguir conectando con ese lado creativo que me define desde niño.
¿Siempre has sido aficionado a la lectura? ¿Cuáles han sido tus lecturas preferidas o que te hayan marcado más?
Mi interés por la literatura llegó más tarde. Siempre estuvo ahí, como un susurro en segundo plano, mientras la pintura, el cine y la música ocupaban el centro de mi atención. Pero un día cayó en mis manos La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón, y todo cambió.
Su forma de describir el mundo, ese enfoque casi cinematográfico en los detalles, me atrapó por completo. Fue esa novela la que encendió en mí la chispa que me llevó a explorar el universo de la escritura. Desde entonces, las palabras también forman parte de mi manera de crear.
Mis estilos favoritos son la novela negra, la fantasía y el terror. Y en cuanto a influencias, bebo de autores tan diversos como Alejandro Jodorowsky, H. P. Lovecraft, Oscar Wilde o Chuck Palahniuk.
Cada uno, a su manera, ha dejado huella en cómo enfoco mis relatos.
¿Cuándo empezaste a escribir?
Empecé a escribir en 2009. Fue algo catártico, una necesidad vital de purgar mis propios demonios, y encontré en la escritura el canal perfecto para hacerlo. Así nació La luna roja de Siberia, mi primera novela, escrita en tan solo 30 días. Nunca imaginé que acabaría publicada, y de hecho, jamás fue esa mi intención. Era algo profundamente personal, una historia que concebí como un desahogo íntimo, no como un libro.
Pero todo cambió gracias al apoyo de tres grandes amigos: Alfredo, Ascensión y Pedro Jesús. Ellos creyeron en la historia, apostaron por ella y financiaron el proyecto. Gracias a su impulso, La luna roja de Siberia vio la luz… y fue todo un éxito. Las 300 primeras copias se vendieron en apenas tres días. Se publicaron dos ediciones que, en total, sumaron 600 ejemplares vendidos íntegramente.
Ese inesperado recibimiento me animó a seguir escribiendo, y así nació mi segunda novela, Omega, que fue publicada en 2012.
¿Qué es para ti la literatura?
Como ya he dicho, para mí escribir es algo profundamente catártico. Es una forma de expresión natural, casi instintiva, que me permite dar forma a mis ideas y, sobre todo, enfrentarme a mis propios demonios. A veces es sutil, otras más directa, pero siempre es una manera de mostrar lo que llevo dentro. Las palabras me permiten decir lo que no siempre se puede explicar con gestos o silencios.
Háblanos del libro que estás relanzando.
Como ya he comentado alguna vez, Omega: El ángel caótico fue publicado hace unos años. Sin embargo, siento que nunca le di el cariño ni la importancia que realmente se merece. Tal vez fue por miedo, tal vez por inseguridades...
La cuestión es que pasó un poco inadvertido, al menos desde mi propia percepción, a pesar de que quienes lo leyeron -lectores y crítica- destacaron una evolución clara en mi estilo y forma de escribir.
A nivel de ventas funcionó muy bien, con más de 500 ejemplares vendidos, pero aún así me quedó esa sensación de deuda con la historia. Hoy creo que merece ser redescubierta, leída con nuevos ojos y valorada como la obra que realmente es.
Este es tu segundo trabajo como escritor ¿qué encuentra en él el lector?
Omega es una historia que nace en la América profunda de los años 30 y 40. Una narración cruda, misteriosa y, por momentos, salvaje. En ella, nada es lo que parece: héroes y villanos se confunden, se entremezclan, hasta volverse indistinguibles.
La trama se mueve con naturalidad entre los códigos de la novela negra americana más clásica y la ficción de terror, creando una atmósfera densa, inquietante y cargada de tensión. Es un relato donde lo humano y lo monstruoso conviven, y donde las sombras del alma pesan tanto como las del entorno.
¿Dónde se puede adquirir este libro?
Gracias a Dani de la Librería Faro, Omega vuelve a estar disponible.
Dani confió en el proyecto desde sus inicios y ha apostado porque copias de ella regresen a sus estanterías. Tras reflexionarlo, decidí apostar por el canal independiente. Las librerías de barrio ofrecen un trato mucho más cercano al lector y al autor, y evitan las comisiones desorbitadas que, a la larga, penalizan tanto a los escritores como a los compradores. Para mí, es fundamental apoyar el comercio de proximidad y garantizar condiciones justas para todos.
¿Cómo te defines como escritor?
No me atrevería a definirme como escritor; sería demasiado pretencioso.
Prefiero verme como un narrador de pequeñas historias, un entretenedor.
Alguien que busca crecer artísticamente, sin importar el medio o el formato, siempre que logre captar la atención y despertar algo en quien me lea.
¿Tienes algún otro proyecto en el que estés trabajando?
Siempre hay ideas esperando su momento. Tengo varios cuentos infantiles listos para ser ilustrados, relatos de terror inspirados en la atmósfera de Sierra Espuña y un par de novelas a medio camino. Poco a poco voy encontrando el tiempo para dar forma a cada proyecto.
Lo que sí tengo claro es que, antes de que acabe el año, habrá material nuevo. ¿Qué será exactamente? No lo sé. Prefiero dejar que todo fluya y sorprenderme en el camino.
Aparte de la escritura, eres una persona que participa de las tradiciones o fiestas de Totana. ¿Cómo te implicas?
Hay una canción de Calle 13 que dice: “Quien no ama su tierra, no ama a su madre”. Esa frase me define por completo.
Mi pasión por la cultura y las tradiciones ha estado conmigo desde siempre. A los 15 años formamos la cuadrilla de Los Pipirigallos, y desde entonces seguimos en pie, manteniendo viva la esencia de lo nuestro.
Además, en un proyecto paralelo en el que desarrollo trabajos de diseño ( en Instagram @loco_creativo), estoy dando forma a una línea de diseños inspirados en personajes y referencias de nuestra cultura popular.
Es mi forma de rendir homenaje a lo que somos, desde lo gráfico, con identidad y orgullo.
Por último, ¿cómo animarías a la gente a que lea más y en particular a que se acerque a tu literatura?
Les diría que apuesten por los artistas independientes. Es muy fácil encontrar y comprar un ejemplar de Carmen Mola, J.K. Rowling o Dan Brown -las grandes editoriales ya se encargan de que sus obras estén en todas partes
Pero para los escritores noveles, cada ejemplar vendido significa muchísimo.
No por lo económico, que ya les adelanto que es bastante poco, sino por lo que representa: que alguien se sumerja en una historia libre, no condicionada por las grandes compañías ni por modas de mercado.
Nosotros tenemos algo valioso: la libertad narrativa. Podemos dejar volar la imaginación sin límites, explorar voces y caminos nuevos. El verdadero valor de un escritor novel está precisamente ahí: en contar lo que nadie más se atreve o se permite contar.