MUJERES INVISIBLES: LA ABUELA MARÍA. (Artículo de Alicia Clemente)
Como tantas y tantas mujeres, mi abuela María, nació entre las dos guerras mundiales (1918-1945) y atravesó la densa niebla de esos tiempos convulsos, que ponen en evidencia la pequeñez del hombre.
Trascurrió su vida en el seno de una familia humilde y trabajadora cuyo principal objetivo era luchar por la supervivencia. Eran cinco hermanos y huérfana de padre desde los cinco años. El mayor participó en un conflicto que nunca debió existir y no volvió.
Con una formación precaria, solo sabía leer, escribir y las cuatro reglas. En eses tiempos la educación era clasista y no era un tema prioritario de los gobiernos de la época, solo tenían acceso a la cultura las familias pudientes.
En casa de la abuela no había libros ni revistas, tan solo el libro de familia y algunas tardes de domingos cine, si había luz.
Nunca leyó ni escuchó nada sobre mujeres pioneras que luchaban a favor del progreso femenino, eran escritoras, periodistas, artistas, poetas, pensadoras, como Clara Campoamor, que defendió el derecho del voto femenino, y luchó contra la discriminación, Concepción Arenal, luchadora por la igualdad de la mujer, estudió derecho vestida de hombre, con ella nació el feminismo en España, Emilia Pardo Bazán, escritora y poeta, precursora de los derechos de las mujeres, defendió que para elevar la posición social de la mujer, hay que promocionarla social y culturalmente, Carmen de Burgos, periodista, escritora, y activista de los derechos de las mujer. La idea principal que sostenían era: “Ocuparse de la educación de la mujer es ocuparse de la regeneración y progreso de la humanidad”.
Las mujeres a pesar de la densa niebla que las envolvía, hicieron historia.
Por eso hay que conocer el valor de esas primeras grandes pioneras, que defendieron los derechos ya promulgados en la Ilustración.
No solo debemos conocer y recordar a esas grandes pensadoras y activistas femeninas, también a las mujeres anónimas, como mi abuela María, que, sin recursos, sin acceso a la educación y condiciones sociales adversas, caminó sobre las malvas y atravesó el difícil camino de su vida en un marco clasista, infravaloradas y acosadas, supieron solo con la luz de su entendimiento comprendieron y fueron conscientes que la educación era el camino que debían seguir sus hijos. Asumiendo que es en el hogar donde se fundan los pilares de la formación.
Dando las claves a sus hijos para afrontar los retos de la vida.
La abuela María, con su sentido común supo alumbrar el crecimiento personal con actitudes y valores que no caben en ningún curriculum, como la lucha ante la adversidad, sentido crítico, mentalidad abierta, capacidad de razonar, aprender a asumir responsabilidades, el respeto, enseñaron a dar lo mejor de uno mismo, ser personas libres y autosuficientes…
La abuela demostró su pasión por la cultura y la educación a la que ella no tuvo acceso, para ayudar y defender a las personas sin voz.
“Denunciando cualquier injusticia contra las mujeres para terminar con este acoso y maltrato femenino”