Al rico garabazo. Celestino Cánovas Martínez, propietario de la Pastelería San Antonio, ha elaborado este año una pieza gigante con 4 kilos de masa y un huevo de avestru.

Al rico garabazo. Celestino Cánovas Martínez, propietario de la Pastelería San Antonio, ha elaborado este año una pieza gigante con 4 kilos de masa y un huevo de avestru.
Al rico garabazo. Celestino Cánovas Martínez, propietario de la Pastelería San Antonio, ha elaborado este año una pieza gigante con 4 kilos de masa y un huevo de avestru.
Al rico garabazo. Celestino Cánovas Martínez, propietario de la Pastelería San Antonio, ha elaborado este año una pieza gigante con 4 kilos de masa y un huevo de avestru.
Al rico garabazo. Celestino Cánovas Martínez, propietario de la Pastelería San Antonio, ha elaborado este año una pieza gigante con 4 kilos de masa y un huevo de avestru.
Al rico garabazo. Celestino Cánovas Martínez, propietario de la Pastelería San Antonio, ha elaborado este año una pieza gigante con 4 kilos de masa y un huevo de avestru.
Al rico garabazo. Celestino Cánovas Martínez, propietario de la Pastelería San Antonio, ha elaborado este año una pieza gigante con 4 kilos de masa y un huevo de avestru.

La primavera es una buena época para la pastelería, no en vano en este tiempo se concentran gran parte de las celebraciones como primeras comuniones o bodas, además de que en Totana, se sigue la costumbre de comer el garabazo, típica torta con huevo que se degusta en la jornada del 25 de abril.

Celestino Cánovas Martínez se mueve como pez en el agua entre natas, merengues, batidoras, harinas o azúcares. No en vano desde que con 9 años comenzó a ayudar en una pastelería, su vida laboral ha estado siempre ligada a este oficio.

 Y por ello, de garabazos sabe mucho también. Cuando era solo un niño, empezó a colaborar en la panadería de Marcos, negocio que estaba ubicado entonces en la avenida de Lorca, con pequeñas tareas como limpiar llandas, embolsar magdalenas o tortas, etc.

Dejó los estudios tras acabar 3º de BUP, ya que tenía claro que no quería cursar una carrera universitaria y que su vocación era el mundo de la pastelería. A los 18 años comenzó como ayudante en la Pastelería Urrea de Alhama de Murcia. Dado que solo trabajaban el dueño y él, aprendió mucho del oficio.

 Los dos años en los que estuvo allí trabajando fueron sin duda un gran aprendizaje, ya que además de para permitirle ahorrar algo de dinero, le sirvieron para curtirse entre dulces y hornos. Posteriormente pasó a ponerse al frente de su propio negocio, una panadería en La Majada de Mazarrón.

Allí se dedicó a hacer pan pero también a la pastelería, que era lo que realmente le gustaba. Tras cuatro años, vio la oportunidad de montar su propio negocio en Totana y así, tras adquirir un bajo comercial ubicado en la calle San Antonio, abrió en 1985 la pastelería que aún regenta y que toma el nombre de la vía pública en la que se ubica.

Además de todo el bagaje acumulado durante todos los años de trabajo, Celestino ha ido perfeccionando su oficio y aprendiendo nuevas técnicas gracias a cursos que ha realizado entre los que ofrecen las distribuidoras de productos alimenticios con las que trabaja.

Pero además, ha ido incrementando sus conocimientos gracias a la lectura de libros de cocina y de cocineros reputados, es decir, formándose por su propia cuenta. La Pastelería San Antonio cuenta con una clientela fiel de Totana, a la que se suman personas de otros municipios como Mazarrón, Alhama de Murcia o Aledo.

 Celestino explica que elabora tanto productos salados como empanadillas, tortas de pimiento y saladitos, como dulces, tanto en piezas individuales como en mayor tamaño o tartas. En este sentido, comenta que no tiene dulces estrella, si bien son muy apreciados de su obrador las milhojas de cabello de ángel, que son muy demandadas y siempre se acaban agotando, o los merengues de café. Asimismo, también destaca el tiramisú, los palos catalanes y otras piezas dulces, al tiempo que explica que conjuga los artículos más tradicionales con otros pasteles más modernos o novedosos.

Celestino señala que entre las mejores épocas del año para su negocio figuran la Navidad, en la que elabora todo tipo de dulces típicos de esas fiestas; o San Valentín, fecha en la que vende muchas tartas alusivas a esta jornada como las de forma de corazón ya sea en formato grande o individual o personalizadas. Pero sin duda, comenta que el día de San José es la mejor jornada para la pastelería, ya que indica que a esta festividad se suma que se festeja también el Día del Padre. La Semana Santa, que acaba de celebrarse, es otra de las buenas épocas para este negocio, ya que dice que se venden y encargan sobre todo muchas piezas saladas, como empanadillas o pasteles de atún, de queso y salmón, etc... Los meses de primavera e inicio del verano tampoco falta el trabajo en Pastelería San Antonio, pues es la época en la que más trabaja atendiendo encargos para bodas, bautizos o comuniones.

En esto, como en otras cuestiones, los gustos van cambiando, resalta, y ahora dice que se van imponiendo las piezas individuales para los invitados de un banquete frente a la típica porción cortada de una tarta de varios pisos. Y en el mes de abril hay otra fecha marcada en el calendario y en la que más trabajo tiene, el día 25, festividad de San Marcos, ya que en Totana se degusta el típico garabazo.

Cada año elabora una media de unas 450 o 500 unidades para satisfacer la demanda de su clientela. En su caso, comenta que elabora el garabazo de masa de torta de pascua o de torta de naranja y que los hace tanto individuales como un poco más grandes para dos personas o ya de mayor tamaño y que incluyen hasta seis huevos.

 Asimismo, además del típico garabazo, elabora otros más pequeños con huevo de codorniz y también otros con huevo kinder y bañados tanto de chocolate negro puro, como de chocolate con leche o de chocolate blanco, que suelen ser los preferidos de los más pequeños de la casa. Y entre las formas, hace desde el tradicional redondo hasta otros con forma de lagarto o de tortuga. Este año, además, ha querido intentar batir un reto, hacer el garabazo más grande, para lo que ha elaborado uno de gran tamaño en el que ha empleado 4 kilos de masa, y en el que ha colocado un huevo de avestruz.

Sin duda, a Celestino le encanta su trabajo, algo que se aprecia en cómo habla de preparar masas, natas o merengues. De hecho, el estar siempre entre pasteles no le ha restado afición por estos productos, y se confiesa más de gustos dulces que salados.

 En este sentido, señala que muchos días, su desayuno consiste en un café y alguna pieza elaborada por él mismo que coge de su pastelería. Aunque ya le queda poco para la jubilación, se ve trabajando en su pastelería mientras pueda, pues confiesa que le gusta mucho todo lo que implica el oficio de pastelero, desde preparar la masa, elaborar piezas dulces o saladas, decorar tartas… Y es que, cómo él dice, dónde va a estar mejor que oliendo a masa recién horneada, y entre chocolates, cremas pasteleras o merengues.

TOTANA NOTICIAS – LINEA LOCAL